El champiñon es originario de Europa y de Norte de América se inició su cultivo y comercialización en Francia en el siglo XVII.
Cada día parece más demostrado su poder anticancerígeno, por la acción de dos de sus principios activos; el selenio y cierto inhibidor de la aromatasa. El selenio también ayuda a la salud de la próstata, combate la arterosclerosis entre otros beneficios.
El champiñón tiene un delicado y neutro sabor, una característica textura entre delicada y tersa que permite una amplia gama de uso y combinación culinaria. Esta versatilidad favorece el uso periódico de este gran protector cancerígeno.