El jugoso higo dulce, que consigue saciar el apetito y nos deja llenos de vida.
El higo es realmente el fruto de la higuera mayoritariamente esperado, por encima de las ricas brevas. La frutería El Vergel Cántabro recibe este regalo, en un primer momento, en torno Agosto, del sur, y a partir de septiembre, del norte, con verdadero agrado y satisfacción. No es casualidad que para muchas personas sea una gran tentación. Por eso mismo debemos conocer realmente las propiedades y cualidades de este alimento, y puede que nos llevemos una sorpresa.
Casi como una curiosidad, lo denominamos alimento porque biológicamente no es un fruto, ya que fruto son las pepitas que están protegidas entre la pulpa del higo. Se conocen más de 750 variedades de higueras de todas las regiones cálidas, siendo la más conocida la higuera ordinaria originaria de Oriente. Podemos diferenciar entre dos grandes grupos: las brevas y los higos. Algunas breveras, los árboles de las brevas, dan dos frutos, que suelen ser de color oscuro granate, y al segundo fruto se le denomina higo.
Las higueras comunes son las que dan sólo higos, normalmente desde agosto hasta finales de octubre, y sus colores son verdes, claros y amarillos. En cuanto a los higos de final del verano, es destacable el Cuello de Dama Blanco, de forma achatada y maravilloso sabor. Disponen de una piel fina y verde, de pulpa blanca, con procedencia de Extremadura, Toledo, del Valle del Tiétar y, posteriormente, de Lérida y Huesca.
La mayor riqueza alimenticia de los higos es en hidratos de carbono, el cual cuadruplica la cantidad del higo seco, con una proporción alta de azúcares simples que proporcionan energía rápida, idónea para el deporte. La realidad dice que el higo no tiene más calorías que el plátano o la uva, pero si consigue saciar, lo que le permite estar indicado en dietas de adelgazamiento.
El higo es la fruta con mayor cantidad de fibra, incluso superando a la ciruela. La fibra tiene la capacidad de fijar sustancias como ácidos biliares o colesterol, de tal manera que disminuye o retrasa su absorción. Esta habilidad es particularmente interesante para las personas con colesterol elevado, pues al formarse geles viscosos entre la fibra soluble y el colesterol, se expulsan en gran parte junto con las heces. Los higos son un buen instrumento para poder combatir el estreñimiento y la atonía intestinal. No olvidar que la fibra realiza una función protectora frente al cáncer de colon, ya que impide o disminuye el tiempo de contacto de sustancias cancerígenas con la mucosa del intestino grueso.
En cuanto a las vitaminas que disponen los higos frescos y secos, destacar la vitamina K, y también en los higos frescos varias del grupo B, como B1, B5 y B6.
En cuanto a los minerales los higos aportan una gran cantidad. El potasio es el mineral más abundante, y su contenido elevado en potasio y bajo en sodio, resultan recomendables para aquellas personas que sufren hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. Posee una gran cantidad de calcio, posiblemente más que la leche, pues es la fruta más abundante en este rico mineral.
El Magnesio permite asegurar la fijación del calcio y ayuda al equilibrio del sistema nervioso, al igual que el fósforo que aporta es la proporción idónea para el equilibrio mineral del esqueleto y para mantener los huesos en plena forma. El Hierro que contiene es significativo para las necesidades diarias del ser humano, así como contiene cantidades de Manganeso.
A modo de resumen significativo de sus propiedades: apoya una buena salud cardiovascular, posibilita controlar el peso gracias a su capacidad de saciar, permite regularizar el tránsito intestinal, de manera singular si hay estreñimiento, un sorprendente aliado de los fumadores y los que padecen estrés, gracias a su capacidad para proteger el organismo con su beneficiosa acción antioxidante. Pero cuidado los que sufren diarreas, ya que es peligroso en esta ocasión.
El higo se ha extendido y se ha convertido en un alimento tradicional en las culturas que han vivido en la cuenca mediterránea. Ha ido posando una amplia experiencia de remedios caseros o recetas de la abuela. Algunos son:
Para las Anginas: se cortan 4 o 5 higos secos en trozos pequeños. Se hierven 15 minutos en agua. Se cuelan, se añade miel y limón, y se hacen gárgaras varias veces al día.
Para el Catarro y problemas respiratorios: se hierven 25 g de higos secos y troceados en 250 ml de leche, a fuego lento durante 30 minutos. Se cuela, apretando bien la carne, y se toma caliente varias veces al día y antes de acostarse.
Para las hemorroides: se pulverizan dos higos secos y se mezclan con miel y harina de trigo hasta obtener una masa. Se aplica en la zona afectada a modo de pomada.
El higo, a nivel culinario, llegará a sorprendernos gratamente, sobre todo en las ensaladas. También sirve para la elaboración de salsas sorprendentes, tartas, almíbar, mermeladas, así como acompañante diferente con carnes, etc.