Mandarina Ortanique

La mandarina Ortanique nos llega hasta bien entrada la primavera para alargar el color de la puesta del sol.  

La mandarina Ortanique es una variedad tardía que de alguna manera nosotros la podemos llamar clásica, por los numerosos años que la conocemos y la comercializamos. La frutería El Vergel Cántabro ha considerado esta variedad como una buena opción para los meses finales de las mandarinas. Así lo acreditan sus cualidades: la mandarina Ortanique es grande, de color naranja intenso, ligeramente achatado en la región estilar y con la areola muy marcada. A veces aparece un pequeño navel que solo afecta a la corteza. La pulpa de esta mandarina dispone de unas excelentes características organolépticas, ya que es una pulpa fundente o que se deshace en la boca, con una gran cantidad y calidad de su zumo. Normalmente no tiene semillas, pero pueden aparecer a causa de la polinización cruzada, debido a los frutos de los árboles colindantes con plantaciones de variedades compatibles.

El gran inconveniente de la mandarina Ortanique es la cierta dificultad para pelarse con las manos, pues tiene una corteza muy pegada a la pulpa y una gran cantidad de aceite esencial que desprende y hace resbalar los dedos.

El origen de la mandarina Ortanique no es conocido con exactitud. Fue detectada en Jamaica y se piensa que es un Tangor natural, es decir, un híbrido de mandarina y naranjo dulce. En España se introdujo en 1971.

Una cualidad de esta mandarina muy interesante para hacerla llegar a nuestras casas es, que una vez alcanzada la madurez natural, puede mantenerse en el árbol en buen estado, como también almacenarse por un período bastante largo de tiempo sin deterioro de sus condiciones organolépticas.

CONSIDERACIONES GENERALES DE LAS MANDARINAS

Las mandarinas disponen de muchas variedades procedentes por mutaciones espontáneas entre diferentes especies, o por cruces con otros cítricos, pero básicamente se las clasifica en tres o cuatro grandes tipos o variedades: las Salsumas, las Clementinas, la mandarina común y algunos abren otro apartado de “otras”.

La mandarina se considera nativa del sudeste de Asia y Filipinas. La consideramos como el fruto más parecido a la naranja, claramente de menor tamaño, sabor más aromático y con mayor facilidad para quitar su piel en la mayoría de las variedades. La acidez, una característica esencial de los cítricos, es ligeramente inferior, y el azúcar suele tener una mayor proporción de azúcares simples.

 

PROPIEDADES SALUDABLES

Los minerales que contienen son importantes y de relativa abundancia, especialmente el calcio y el potasio, disponiendo del 5% de las necesidades diarias de estos minerales. También podemos destacar el contenido de minerales en fósforo, magnesio y hierro.

La mandarina es un importante origen de vitaminas. Desde luego, es vital señalar la clásica e importante de los cítricos, la vitamina C. La cantidad que acumula por cada 100 gr, puede cubrir la mitad de las necesidades diarias de una persona. No olvidarnos que también aporta mucha vitamina A.

Ya casi todo el mundo sabe que la vitamina C es imprescindible para el buen desarrollo en general del cuerpo. Pero no todo el mundo sabe que nuestro cuerpo no es capaz ni de generarla ni de retenerla, y que cada vez que se orina, se elimina la vitamina C del cuerpo. Adquirir o reponer constantemente estas vitaminas es muy importante y para ello es una gran suerte disponer de mandarinas, tan fáciles y deliciosas de comer.

Las mandarinas poseen otras importantes sustancias y elementos saludables: contienen pectina, que es una forma de fibra soluble que ayuda a reducir el colesterol malo al reducir la absorción de grasas y sustancias tóxicas. Esta fibra natural se encuentra en la pulpa blanca que hay debajo de la piel y entre los gajos. Esta sustancia estimula la motilidad intestinal y por tanto reduce el estreñimiento.

Los flavonoides que dispone esta fruta protegen las paredes de los vasos sanguíneos, ejerciendo una importante acción antiinflamatoria.

Contiene una gran cantidad de carotenoides. Estos elementos fitoquímicos suministran una gran capacidad antioxidante, que unido a la vitamina C, proporcionan propiedades fisiológicas realmente destacadas. Por ello ayuda a prevenir gripes y resfriados, así como enfermedades cardiovasculares y degenerativas.

La mandarina, como gran representante de los cítricos, dispone de un elevado contenido en agua, potasio y ácido cítrico, que producen un efecto diurético, favoreciendo así la eliminación del ácido úrico y sus sales. Además de aumentar las defensas del organismo, alcaliniza la orina e inhibe la proliferación de las infecciones en el tracto urinario.

La variedad, cantidad e importancia de nutrientes de esta fruta, ayuda a reponer el líquido, los minerales y vitaminas perdidas tras el ejercicio.

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