Limón

La importancia del limón, que podemos decir que se inició con la refrescante “agua con limón”, está por desarrollar para nuestra vida cotidiana. 

El limón, una fruta de las más conocidas en las cocinas. Todos, sobre todo siendo niños, hemos saboreado y luego hemos puesto cara de extrañeza, provocada por ese sabor sorprendentemente acido del jugo. La frutería El Vergel Cántabro siempre ha tenido limones todo el año, como no podía ser de otra manera, incluso en verano, agosto especialmente, cuando están escaso de líquido y con mucho riesgo de estar secos. El limonero, árbol originario de Asia, se adaptó fácilmente a la cuenca mediterránea, convirtiéndose en un elemento imprescindible del paisaje rural y urbano.

La conocida y famosa vitamina C de la que dispone es una constatación empírica. El Limón es rico en esta vitamina, y aporta un 62% de la cantidad diaria necesaria para una persona, siendo el 30% necesario para calificarlo de “rico”. La vitamina C fortalece el sistema inmunitario, combate importantes enfermedades y favorece la eliminación de toxinas. Pero, además, tiene casi 30 componentes antioxidantes, numerosos flavonoides como la rutina, hesperidina, naringenina y luteína. Uno de los componentes, entre esos, más estudiados del limón es el limoneno. Los científicos intentan hoy diseñar alimentos enriquecidos con limonoides. En concreto, se ha sugerido que los limonoides podrían reducir el riesgo de enfermedades degenerativas, como la hipertensión, cataratas, infarto y algunos cánceres, aunque faltan estudios en humanos para extraer conclusiones definitivas.

Vamos a señalar algunas más cualidades saludables, también muy representativas de este fruto.

Las cualidades digestivas del jugo de limón, su composición atómica similar a la saliva y el ácido clorhídrico de los jugos digestivos, alienta al hígado para producir la bilis y favorecen el alivio de los síntomas de indigestión, como el ardor de estómago, los eructos y la distensión abdominal.

El limón es un importante diurético, ya que con el jugo de limón las toxinas se liberan a un ritmo más rápido, permitiendo mantener la salud del tracto urinario.

Este fruto es un significativo equilibrador de los niveles de pH. Los limones contienen tanto ácido cítrico como ácido ascórbico, ácidos débiles fácilmente metabolizados en el cuerpo permitiendo que el contenido mineral de los limones ayude a alcalinizar la sangre. Por ello, posibilita eliminar la acidez total del cuerpo, incluyendo el ácido úrico en las articulaciones, una de las principales causas del dolor y la inflamación.

El limón es conocido por casi todos como ingrediente de la abuela para problemas de resfriados y gripes, sobre todo en preparados para gárgaras. El alto aporte de vitaminas que posee, facilita al sistema respiratorio combatir enfermedades que van desde un simple catarro, ronquera o amigdalitis, hasta la pulmonías, gripes o asma.

Parece otro remedio de la abuela, pero va más allá. Ingerir un vaso de agua templada con zumo de un limón en ayunas nos permite limpiar los intestinos al activarlos, mejorando su bombeo y desinfectar todo el tracto intestinal. Desde luego, casi principalmente, esta terapia desintoxica el hígado.

Resulta fácil utilizar palabras tan llamativas como “antitumoral”. Pero podemos sorprendernos gratamente al reconocer en los limones los componentes anti-cancerígenos que impiden la división de las células cancerígenas. No es mala idea, ya que disponemos de este fruto en nuestras cocinas, incluirlo en nuestra dieta diaria como prevención.

El cerebro y sistema nervioso: también se puede utilizar la cascara del limón. En ella se encuentra la tengeretina, un fitonutriente que parece ser eficaz contra trastornos del cerebro y del sistema nervioso, como el Parkinson.

El limón es un gran aliado para la salud de la vista, al facilitar la prevención de enfermedades degenerativas como la perdida de la visión y las cataratas.

La cocina, como venimos señalando, dispone de limón habitualmente. Sabiendo que es un gran desinfectante y suavizador de la piel, está dispuesto para otros múltiples y sorprendentes utilizaciones. Impide la oxidación de muchos alimentos cuando se elaboran. En cuanto a los marinados, dispone de una gran variedad de posibilidades, pero pocas especias y hierbas aromáticas combinan tan bien con el zumo de limón como el comino o el cilantro, sobre todo si se va a emplear en platos de mar. La elaboración de platos, postres y diversos, es intensamente amplia, comenzando por la básica agua con limón.

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