La castaña un antiquísimo fruto de nuestros bosques que merece encontrar su espacio en nuestras cocinas.

La castaña es uno de los avisadores de la naturaleza para tomar conciencia de que el otoño está aquí, y el invierno no ha de tardar. La frutería El Vergel Cántabro quiere hacer compañía a las castañeras, poniendo al alcance de todos estos especiales frutos.

El Castaño es un árbol de climas templados del hemisferio norte. Excavaciones de periodos prehistóricos han localizado la presencia de castaños en Europa desde el fin del Terciario, por ello podemos clasificar este árbol como nativo europeo.

Para muchas regiones del sur de Europa la castaña ha sido un alimento básico, por ello las comunidades que habitaban cerca de bosques de castaños y que no tenían acceso a la harina de cereal, las castañas se convirtieron en la principal fuente de carbohidratos, muchas veces a través de la harina de castaña. Esta antigua tradición hoy es interesante en las dietas celíacas al poder sustituir la harina de trigo por harina de castañas.

 La castaña básicamente se consume fresca, hervida o asada. Al comerla fresca la mitad es agua y casi la otra mitad hidratos de carbono, mayoritariamente almidones complejos de asimilación lenta. Parte de su fama de indigesta proviene de esta forma de comerla. Por ello no deben comerse mucha cantidad frescas, recién caídas del árbol, es el momento de más abundancia de taninos, mejor dejarlas unos días para que sean más digestibles y pelarse bien. Conviene cocerlas con anises, semillas de hinojo, cúrcuma o jengibre fresco para hacerla más digestivas, y desde luego no beber con ellas demasiada agua.

La castaña posee elementos naturales que la hacen un alimento saludable y alimenticio. Entre estos elementos sobresalen las vitaminas y entre ellas la antioxidante vitamina C y varias del grupo B. En cuanto a los minerales, destacar su contenido en manganeso, así como de cobre y potasio.