La ciruela pasa una forma natural de disfrutar todo el año de un gran alimento.
La ciruela pasa es un alimento que posiblemente es conocido en casi todas las casas, incluso alguna vez hemos visto un vaso con ciruelas pasas dentro, cubiertas de agua. Las ciruelas una vez reposadas, se bebe el agua y luego se come las ciruelas jugosísimas por estar hinchadas de líquido, preferentemente en ayunas. Todo lo anterior es debido al ser considerada un remedio digestivo popular durante décadas, con la finalidad principal de funcionar como un laxante. La frutería El Vergel Cántabro suele disponer de este fruto paso, con la variedad de ciruelas Claudias de la Rioja, bien a granel o empaquetadas, bien con el hueso o sin el hueso.
La ciruela pasa o desecada contiene todos los nutrientes de las ciruelas frescas, pero mucho más concentrados, producido por la pérdida de agua en el proceso normal de secado.
La ciruela, como fruto genérico, es rica en agua, fibra e hidratos de carbono. Sin embargo, apenas contiene grasas ni proteínas. Es destacado su aporte del mineral de potasio y, en menor cantidad, calcio, fósforo, magnesio y hierro. En cuanto a las vitaminas destaca la C, provitamina A y vitamina E.
Las ciruelas constituyen un laxante ideal para todas las personas y su consumo produce sensación de saciedad. Las sustancias que contienen estimulan la actividad de los músculos del colon y ayuda a controlar el colesterol. Son muy beneficiosas contra la retención de líquidos, a la vez que provocan una acción antioxidante y antiséptica.
La vitamina A y el beta-caroteno que posee la ciruela, son muy buenos para la salud de la piel, las membranas mucosas y para la vista.
La ciruela es una fruta jugosa, refrescante y con un sabor predominantemente dulce. En algunas variedades aportan un rico toque acido que las da carácter. No solo es una fruta para comer en crudo, ya que la riqueza que atesora en la repostería y sus derivados es casi ilimitada.