La frambuesa: fruta del bosque, ante la cual nos rendimos por su exquisito punto de acidez, en un contraste fabuloso con el sabor dulce.

Esta baya o fruta del bosque poco a poco se va incorporando en nuestra cocina, no solo como un adorno moderno. La frutería El Vergel Cántabro apuesta recurrentemente por ofertarla a los clientes, pese al riesgo del manejo de un fruto sumamente delicado, tanto a la hora de moverlo como de conservarlo.

La frambuesa se dice nativa de Europa y norte de Asia, con una amplia gama de variedades, algunas aun sin clasificar. La frambuesa se recoge a finales de verano y principios de otoño, siendo semejante a la zarzamora, pero más pequeña y blanda.

Este futo tan apetitoso encierra significativas propiedades nutritivas y saludables. En cuanto a minerales, aporta cantidades llamativas de manganeso, hierro, magnesio, fósforo, calcio y potasio, y es baja en sodio.

Como en casi todas las frutas dispone de cierta abundancia en vitaminas y ácidos orgánicos: beta-caroteno, vitamina C, ácido fólico, ácidos cítrico, salicílico, málico, tartárico y en especial vitamina E, pese a ser extraño en un alimento muy pobre en grasas.

La vitamina C que disponen las frambuesas genera una importantísima capacidad antioxidante, capaz de neutralizar los radicales libres, que son moléculas destructivas del ADN a nivel celular, y por tanto ayudan a la prevención del cáncer.

Las frambuesas son tónicas y aperitivas, es decir, estimulan el apetito. Junto a ello, la frambuesa es un alimento acertado para el control del colesterol, la hipertensión y los trastornos cardiovasculares.

Terminar señalando que es fuente de dos carotenoides: luteína y zeaxantina. Estos son importantes no solo por ser los pigmentos naturales de su color característico, sino también por sus propiedades protectoras contra la degeneración macular.

En la cocina, esta fruta al natural debe tener un trato cuidadoso y breve, pues como hemos señalado, por su delicadeza, no resiste mucho trajín. Para empezar, no es aconsejable lavarla, pero nos rendimos ante su exquisito punto de acidez y su textura esponjosa que provocan contrastes fabulosos con el sabor dulce en cualquier combinación y manufactura.